Una vez.
Sólo una vez
me bastó para
verte
y conocerte.
No son tan profundos
tus abismos
cuando estás conmigo.
Trasnocho las horas
imaginando
tus
gestos más leves,
tus santas palabras,
tu honda rareza.
Esa
misma.
La que prefiero
cuando llega el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario