Caracola de canela,
recién horneada,
del Forn Pujol.
¿Lucecita intermitente?
No, mejor fija y cálida,
que la luz fría
me deprime.
Los pañuelos de papel,
sin perfume,
gracias.
¿El café?
Solo, con dos de azúcar.
El Carnaval, por
mi balcón,
¿Aún no conoces el Raval?
¿Y el chupito de ron?
En copas de Martini ¡qué bien!
pero sin agravios, por favor.
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