Es difícil de explicar,
o quizás, tan
simple.
Como si pudiese ver
a través de tus murallas
de tus
hondas rarezas
de tu sarcasmo inoportuno
de tu
empedernida soledad.
Si enfoco bien, y espero
llego a ver lo que
nadie ve
aquello que cultivas con cuidado,
con paciencia.
Aquello que ocultas con afán,
para que no te hieran.
Lo que
antes fue intuición
ahora es certeza.
Ya no me engañan
tus
rudezas.
Sólo puedo verte bien,
en la distancia.
Ése es el
precio
de mi don.
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